FALSOS MITOS SOBRE LA FRUTA
¿Cuántas veces habéis escuchado que la fruta engorda? Para un nutricionista, tener que defender que la fruta es saludable es una tarea casi diaria. La gran mayoría de la población cree firmemente que es desaconsejable consumir fruta por la noche, después de una comida principal, si se padece de diabetes o incluso que es desaconsejable superar las tres raciones diarias. No obstante, no se detienen a pensar a la hora de fumar, en ser sedentarios, en beber alcohol, en consumir bollería, aperitivos salados, helados, refrescos, granizados o postres y bebidas azucaradas.
Otro de los comentarios más escuchados es que la fruta tiene mucho azúcar y que por ello hay que limitar su consumo. La fruta tiene azúcar sí, pero son azúcares “saludables” los llamados intrínsecos, que no suponen ningún riesgo para la salud. Es más, La OMS (Organización Mundial de la Salud) diferencia de forma clara dos tipos de azúcares, los intrínsecos y los libres. Los azúcares libres son los añadidos a alimentos o bebidas por la industria alimentaria, los que se añaden a la hora de cocinar , como por ejemplo el azúcar de mesa , los azúcares presentes de forma natural en la miel, en los jarabes, siropes, o incluso el azúcar de los zumos de fruta ( que aunque sean caseros son azúcares libres).Son los que se relacionan con un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas y por ello se aconseja que no se supere en un 10% su ingesta calórica.
Se ha comprobado también que el consumo de fruta disminuye la ingesta calórica total, gracias a su baja densidad calórica y a su efecto saciante, que es prolongado en el tiempo por su alto contenido en agua y fibra. La fibra dietética de la fruta, crea un ambiente viscoso similar a un “gel” en el intestino delgado, lo que retrasa el vaciado gástrico, ayudando a llevar a cabo una digestión más lenta de los macronutrientes. Por lo tanto, que no os engañen, a la hora de llevar una dieta equilibrada, el problema no es consumir fruta, hay que mirar el resto de contenido de la dieta.
Incluso las personas con diabetes pueden y deben consumir fruta. Se ha extendido el falso mito de que las personas con diabetes no pueden comer frutas como por ejemplo uvas y plátanos. En personas diabéticas, la clave está en la cantidad y no en el tipo de fruta. Las personas con diabetes pueden comer plátanos, uvas e higos, pero en cantidades controladas. El azúcar de las frutas no debería considerarse un problema ya que la fruta contiene fructosa que no se acumula en la sangre con la misma facilidad que otros tipos de hidratos de carbono. Es más, el consumo de fruta es tan necesario que su consumo deficiente puede causar diversos problemas de salud como escorbuto, dermatitis, raquitismo, xeroftalmia, ceguera nocturna, anemia, pelagra etc…
En cuanto al mito “la fruta por la noche engorda”, puede deberse a que hay gente que tiene dificultades para hacer la digestión por la noche o porque les cuesta dormir tras una comida copiosa y abundante. Pero eso son casos puntuales, no se puede generalizar, cada uno se conoce bien a sí mismo y sabe qué alimentos le sientan bien y cuáles no.
En resumen, el mensaje que hay que transmitir a la población con respecto a la fruta es: intente consumir, como mínimo, tres raciones al día, ya sea antes de comer, después, por la mañana, al medio día o por la noche, pero siempre mejor en forma de pieza entera. La fruta por sí sola no engorda, no tiene más calorías por la noche que por la mañana, así que tomémosla cuando más nos apetezca, cuando mejor nos siente. Centrémonos en llevar un estilo de vida saludable, comiendo alimentos de los cuales sabemos su procedencia y su composición y aumentemos, por supuesto, la actividad física, dejemos de ser sedentarios.